Limpiar bien los chipirones con agua fría. Quitar bien la piel y echar la tinta del chipirón a un recipiente para usarla después para la sala.
Se trocea el chipirón en cuadraditos y se reserva. En caso de ser chipirones pequeños, los limpiamos y rellenamos con sus propias patitas y cerramos con un palillo.
A continuación, se cortan las cebollas en trozos pequeños. Ponemos una perola al fuego con aceite y cebolla y una vez está pochada, añadimos los chipirones. Los dejamos a fuego suave durante 35-40 minutos.
Cuando los chipirones se puedan pinchar bien con el tenedor y estén tiernos ya están listos. Preparamos entonces la salsa. La tinta hay que mezclarla con un poco de agua caliente. Después, pasarla por el colador para quitar los restos de piel que puedan quedar. Por último, mezclar la tinta con los chipirones y dejar que ligue todo un par de minutos.

BENILDE ILLANES GALLEGO
(87 años)

Historia de la receta

“Para mí es muy especial porque era el plato que anunciaba que la familia se iba a reunir. Es el plato que más les gustaba, sobre todo a mi hijo y a mi nuera.
Siempre que venían a casa a comer o cenar me pedían que lo hiciera porque me salía de rechupete. A mis nietas también les gusta mucho y espero que la receta la aprendan y pueda pasar de generación en generación.
¡En las comidas familiares no puede faltar!“

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